Reseña
El agua es un elemento fundamental para la vida humana, y todas las sociedades han valorado su importancia a través del tiempo. La visión del agua como "elemento creador de la vida" nos remite a esa bolsa uterina en la que fuimos gestados durante nueve meses. No obstante, el vital líquido, con su eterno flujo y reflujo, con sus tempestades y crecidas, también ha sido simbólicamente asimilado a las emociones más destructivas de la humanidad, a través de fenómenos naturales que cada cierto tiempo nos alcanzan globalmente: maremotos, inundaciones y desastres ecológicos.
El libro funda su investigación sobre la evolución del agua como elemento configurador y condicionador del progreso y avance de nuestro espacio geográfico, elemento generador de una herencia constructiva, que fomentó la economía agraria, ganadera y económica del país. Con un preclaro rigor informativo, estas páginas nos muestran que el proceso no fue inmediato y que pese a todos los conflictos, prejuicios e intereses individuales, la calidad del recurso hídrico significó la diferencia entre modernidad y antigüedad, entre la civilización y la barbarie. Durante el desarrollo de los capítulos esta dicotomía se analiza en profundidad, pues la lucha de los sectores populares por evitar la segregación llevó a expandir y mejorar los centros urbanos, generando fiscalizaciones que intentaban estrechar las diferencias de clase.
Otro de los puntos altos del presente estudio es la recreación del cómo las ciudades de la región del Maule desarrollaron su historia en relación al agua, desde los tiempos de La Colonia hasta la actualidad. No deja de llamar la atención los matices que presentan los principales centros urbanos en relación a sus propuestas de modernización, aunque los conflictos de intereses del sector privado y la burocracia de los gobiernos centrales es un tema que hermana todo el proceso.